EL ARTE EN MOSCÚ
Moscú es la capital y ciudad más poblado de Rusia. La ciudad es un importante centro político,
económico, cultural y científico de Rusia y del continente. Moscú es la megaciudad
más septentrional de la Tierra, la segunda ciudad de Europa en
población después de Estambul, y la sexta
del mundo. Su población es de 12.108.257
habitantes. En virtud de su expansión
territorial al suroeste del óblast de Moscú, el 1 de julio de 2012 la capital
aumentó su área en 2,5 veces, desde unos 1.000 km² hasta 2.500 km², y ganó una
población adicional de 230.000 habitantes.
En Moscú están los frescos
e iconos más
importantes de Rusia.
Precisamente, en el segundo tercio del siglo XIV
apareció en la ciudad la escuela de Moscú de la pintura de icono, impulsada por
artistas como Prójor de Gorodéts, Daniel el Negro y Andréi
Rubliov. Son varios los edificios
históricos que contienen iconos de estos artistas, como en las catedrales del Kremlin, la catedral de la Asunción o la
iglesia de la Aparición de la Virgen. Los frescos suelen encontrarse en muchas
iglesias moscovitas. Los frescos más notables están en iglesias como la de
Santa Trinidad en Nikítniki, la catedral del monasterio Srétenski o la iglesia
de San Juan el Guerrero.
La galería nacional de arte Tretyakóv
es el más importante de Moscú, gracias, en parte, a su colección de arte
pre-revolucionario ruso. La galería, y por supuesto su nombre, está
estrechamente relacionada con la vida de un mecenas local, Pável Tretiakov, hombre dedicado a la colección de
obras de arte y que impulsó la creación de la galería. De hecho, en 1872 la colección
artística de Tretiakov contaba con cerca de 500 obras. Tras su muerte, la dirección de la
construcción de la galería la dirigió el propio gobernador de Moscú.
Otro de los edificios
culturales fundamentales de Moscú es el Museo
de Bellas Artes Púshkin, abierto al público el 31 de mayo
de 1912. Destaca sobremanera la colección de obras impresionistas
y post-impresionistas y algunos de los artistas que
pueden encontrarse en el museo incluyen a Pablo
Picasso, Claude Monet, Auguste
Renoir, Vincent Van Gogh o Auguste
Rodin. Entre todas las obras sobresalen dos Rembrandt,
dos Rubens,
tres retratos de Van Dyck, un cuadro de El Greco y
otro de Sandro Botticelli. Talvez estemos acostumbrados a percibir Moscú
como un arte frio, pero está claro que hay mucho más.
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