JERICÓ LA CIUDAD MÁS ANTIGUA DEL MUNDO
Jericó,
la ciudad habitada más antigua del mundo y también la más baja del planeta (se
ubica aproximadamente a 240 metros por debajo del nivel del mar), cumple sus
primeros 10.000 años. La urbe se encuentra en pleno apogeo turístico y ofrece a
sus visitantes una variada oferta arqueológica que lo
Jericó,
la ciudad habitada más antigua del mundo y también la más baja del planeta (se
ubica aproximadamente a 240 metros por debajo del nivel del mar), cumple sus
primeros 10.000 años. La urbe se encuentra en pleno apogeo turístico y ofrece a
sus visitantes una variada oferta arqueológica que los traslada de la
modernidad hasta los esotéricos rituales de la remota cultura atúfense, informa
la agencia EFE.
El 10 de
octubre de este año sus 40.000 habitantes festejarán el aniversario de su urbe,
aunque la edad no es todavía científicamente demostrable. En el ayuntamiento
local reconocen que han aprovechado la coincidencia de "dieces", lo
que añade colorido a sus calles.
Jericó
se encuentra en el valle del degradado Río Jordán y nombre aparece en la Biblia
e impregna de misticismo toda la región desde tiempos inmemoriales.
Así lo
indican sus denominaciones semitas -"ariha" en árabe y
"yerijó" en hebreo- palabras que, según otras teorías, también
podrían aludir a la "fragancia" que se respira en el principal oasis
del valle del Jordán, donde se mezclan el perfume de azahar y los aromas
cítricos.
Primera
ciudad de Cisjordania que entró al régimen de la Autonomía Palestina durante el
fracasado proceso de paz de Oslo entre 1993 y 2000, Jericó fue también la
localidad menos afectada por la Intifada de Al-Aksa y, con excepción de un
breve período de dos o tres meses, emergió como una isla de paz en medio del
mar de violencia que sacudió la región a principios del siglo XXI.
Sus
primeros pobladores conocidos fueron los maturineses, pertenecientes a una
cultura anterior al 9.000 A.C. y a los que siguieron una serie de tribus del
periodo Neolítico Pre-Cerámico, las cuales dejaron edificaciones aún visibles
en el yacimiento de Tel As-Sultán.
Los
restos arqueológicos muestran la expansión de sus murallas realizadas
aproximadamente en el 1.700 A.C., un indicio de prosperidad, pero Jericó fue de
nuevo destruida 150 años después y quedó abandonada hasta el Siglo IX antes de
nuestra era.
Sus
restos son hoy uno de los 113 tesoros arqueológicos de la humanidad y
despiertan el interés turístico al por mayor. También la vuelven una candidata
propicia para entrar en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO,
reconocimiento que el alcalde de la ciudad espera que coincida con la celebración
de su cumpleaños 10.000.
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